Los mejores momentos de mi vida han estado precedidos por estas palabras. Son cosas que no se olvidan, experiencias difícilmente repetibles, inigualables, excelsas, chachiguays y demás sinónimos. Esas palabras (o similares) vas seguidas de un subidón de adrenalina, dolor de tripa, ganas de evacuar, sudores fríos y muchos, muchos nervios. Visto así es una mierda. Parece una mierda. Pero no lo es.
Entras a escena, el público te mira, cuchichea o se ríe, hay veces que no dicen nada. Ése es justo el peor momento. Mente en blanco, focos deslumbrando, los colegas esperando... un instante de no saber qué hacer...
...y empieza la fiesta. Fuera nervios, fuera vergüenza, fuera todo, sólo disfruta. La primera frase, normalmente, marca bastante al público. Que la oigan, reaccionen, y después muévete rápido, es un juego contra ti mismo. Demuestra lo que eres capaz de hacer, demuéstraselo al público, demuéstraselo al mundo, saca tu talento, da lo mejor de ti y, sobre todo, pásatelo bien.
Y, sobre todo, que no haya silencios donde no haga falta. Si no te acuerdas, improvisa.
Aplausos, saludos, enhorabuenas (depende, ¿eh?), recoger los bártulos y a cenar todos. Tortilla. Si no hay tortilla, no cenamos.
En esas cenas aprendes mucho. En mi caso, yo era el más joven, y todos me contaban anécdotas, de otras obras, de los viajes, de sus vidas, y en esos momentos los recuerdo muy felices.
¿De verdad puede haber algo mejor? Sí, of course, todo un auditorio cantando, todas las voces unidas, ese momento es espectacular: "Oooooooooooooh.. Ooooooo (Kuuu baaaa baaaa naaaaa) ooh... EeeeeeeeeeeeeEEEEEEEEEEEEEH!!! ¡¡¡¡EH!!!!"
Y ahora, os dejo con unos anuncios:
"BEBIDAS JOY: Pruébalas y... ¡en realidad no sabemos qué te pasará, pero pruébalas! Testadoenanimales:todosmuertos :)"
Saludos!
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